Desde el 25 de junio al 2 de julio, se realizaron mediciones en tres sitios distintos de la región Metropolitana para analizar el transporte de material particulado hacia la cordillera. Los puntos escogidos fueron el colegio Lincoln International Academy de Lo Barnechea, la hacienda Santa Matilde en lo Ermita, y Villa Paulina en el Santuario de la Naturaleza Yerba Loca.
En cada uno de estos sitios se instaló una estación meteorológica para medir variables meteorológicas estándar (temperatura, presión, humedad relativa, dirección y velocidad del viento), y también un contador de partículas (e-sampler) que mide la concentración de material particulado MP10, el cual puede penetrar en las vías respiratorias y afectar la salud de las personas.
Junto a estos instrumentos, se utilizó un globo cautivo equipado con una sonda meteorológica y un mini etalómetro para medir carbono negro, uno de los principales componentes de la contaminación atmosférica. “Nos interesa conocer como varía la cantidad del carbono negro con la altura en Santiago, pero también queremos ver si ese contaminante podría llegar a la cordillera y, en particular, a las zonas cubiertas con nieve y/o glaciares”, explicó Nicolás Huneeus, investigador del (CR)2 y encargado de la campaña.
Estas mediciones se enmarcaron en el proyecto FONDECYT regular 1150873 “Modelación de la dispersión de carbono negro urbano y rural en Chile central y su deposición en la criósfera andina”, cuyo investigador responsable es Huneeus, también académico del Departamento de Geofísica FCFM U. de Chile, y en el proyecto Anillo ACT1410 liderado por Raúl Cordero de la USACH.