Un artículo de investigación que explica las causas del enjambre sísmico ocurrido entre agosto de 2020 y junio de 2021 en la península Antártica coescribieron los/as egresados/as del Departamento de Geofísica (DGF) de la Universidad de Chile, Leoncio Cabrera y María Constanza Flores, junto a los investigadores, Piero Poli (ISTerré Université Grenoble, Francia), Juan Carlos Báez (Centro Sismológico Nacional, CSN), Jean Baptiste Ammirati (Departamento de Geología Universidad de Chile), Jorge Vásquez (Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad de Talca) y Sergio Ruiz (DGF, Universidad de Chile).
El trabajo titulado “Volcanic Origin of a Long-Lived Swarm in the Central Bransfield Basin Antarctica” y publicado por la revista, Geophysical Reasearch Letters, determinó que la sismicidad y el desplazamiento en superficie ocurrido entre 2020 y 2021 en la isla Rey Jorge de la península Antártica fue provocado, probablemente, por la actividad de un volcán submarino llamado Orca ubicado en la zona donde divergen la placa tectónica Antártica y la microplaca de las Shetland del Sur.
Para realizar la investigación se utilizaron datos sísmicos y geodésicos obtenidos de una estación sismológica local (JUBA) y un sensor GNSS (UYBA), explicó el egresado del DGF y estudiante de doctorado de la Universidad de Grenoble, Francia, Leoncio Cabrera.
“Una de las mayores complejidades que tuvimos fue la falta de datos en la zona, ya que no había muchos instrumentos instalados. Por esta razón usamos metodologías que permitieron sacar provecho de la escasa información existente”, precisó.
Entre las técnicas aplicadas destacan el uso de registros de sismos de mayor magnitud como plantillas o patrones y correlación cruzada para buscar sismos con forma similar a la de otros previamente localizados (template matching en inglés).
“Aunque no era posible localizar todos los sismos, el hecho de que formaran parte de un enjambre sísmico permitía suponer que sus ondas eran similares entre sí y que todos provenían de una zona similar”, explicó la egresada del DGF y geofísica del CSN, María Constanza Flores.
La coautora de la publicación destacó que el trabajo realizado permitió encontrar más de 36.000 sismos e identificar un fenómeno denominado “migración de sismicidad”, el cual fue fundamental para determinar que “los sismos estaban siendo conducidos por un proceso externo”.
Finalmente, al ser consultado por la relevancia de la investigación, el estudiante de doctorado de la Universidad de Grenoble, Leoncio Cabrera, mencionó dos aportes. “Por el lado científico, logramos estudiar el fenómeno que estaba ocurriendo, a pesar de la escasa cantidad de datos existentes en la zona. Desde el punto de vista social, conseguimos explicar las causas de un evento que, en su inicio, generó gran interés mediático, pero sin una explicación clara. Para mí este es un ejemplo de cómo la ciencia puede contribuir a informar mucho mejor a las personas y a las autoridades”, subrayó.